Me he dado cuenta hoy.
Soy muy racista.
Joder, no me esperaba serlo tanto.
Tanta formación,
tanto desarrollo personal,
tanta espiritualidad,
tanto, tanto, tanto…
para llegar a darme cuenta de que soy un racista.
Pienso que todos los somos.
Cada uno de una cosa.
Imbécil de mí pensaba que no lo era.
Lo que pasa es que no sabía qué era aquello que rechazaba.
Hoy me he dado cuenta,
Soy racista con los ciegos.
…
Sí, sí, no puedo con ellos.
No de los ciegos como mi amigo Gabriel Gorce,
Rechazo profundamente a aquellas personas que aún pudiendo no quieren ver.
Y más si pretenden que yo esté de acuerdo con su ceguera testicular.
Que ven solo lo que les sale de los huevos.
Te juro que no puedo con esa gente,
He tenido una llamada con una cliente,
Su frase ha sido simple,
– Yo no necesito ayuda, tengo una amiga psiquiatra y estoy bien atendida.
– Lo que yo hago nada tiene que ver con psicólogos, psiquiatras o terapeutas.
– Ya, ya pero yo estoy bien y he tenido suerte, mi hijo es bueno aprueba y no se mete en problemas.
– No se trata de que en casa tengas un hijo candidato a hermano mayor, la pregunta es si quieres aprender a relacionarte con tu hijo de una manera profunda, auténtica y que haga que crezcáis juntos suceda lo que suceda.
– Vale, pues llámame de aquí unos meses.
…
Y ahí se me despierta el racista que llevo dentro.
No trago a nadie que no quiera ver.
– Lo siento, yo no voy detrás de nadie, cuando quieras descubrir que hay otra forma de hacer las cosas, llámame mientras tanto prefiero dedicar mi tiempo a quien está dispuesto a ver su vida con humildad y valentía.
Y punto.
Next.
Si eres un ciego de los que no quieren ver, por favor, date de baja de esta lista.
No eres bienvenido.
Si por el contrario quiere descubrir una forma revolucionaría de relacionarte con tu hijo adolescente te espero en mi Espectáculo Formativo presencial de Familias Estelares.